

El tratamiento psicológico no es cómodo de seguir. Mucha gente cree que consiste en acudir una vez por semana a la consulta y charlar. Desafortunadamente es mucho más exigente que eso. Implica observarse detenidamente, descubrir cosas que no nos gustan, aprender técnicas y practicarlas, día a día, en casa. El objetivo del tratamiento es contrarrestar los años de malos aprendizajes con unos meses de reaprendizaje dirigido. Esto es duro y necesita una fuerte implicación personal y alta motivación. Mejorar es difícil, pero ciertamente posible.
¿Te sientes identificad@? La ansiedad va acumulándose y expresándose de diferentes formas a lo largo de mucho tiempo hasta que llega el momento de la crisis, cuando ya no podemos gestionarla. El cuerpo necesita deshacerse de ella y si nosotros no hacemos nada, él actuará por su cuenta. La ansiedad es una respuesta de ataque o huida activada erróneamente en un momento en el que no la necesitamos. La generamos desde el pensamiento, por tanto los únicos capaces de acabar con ella somos nosotros mismos.
A veces hay que parar, reparar y volar porque intentamos volar rotos, llenando vacíos con cosas inapropiadas, intentando tapar emociones y llegando a un momento de total desconocimiento de hacia dónde vamos o que estamos haciendo. Para y reflexiona, repara lo qué creas que está funcionando mal y continua. Parar no detiene el viaje, lo hace más ameno.
Dejamos de empeñarnos en hacer al otro feliz incansablemente cuando entendemos que su felicidad depende enteramente de él/ella. Mis actuaciones pueden contribuir a su bienestar pero de mí no va a depender su felicidad y tampoco es responsabilidad mía.
La propia felicidad es algo que nos pertenece a ti, a mí, a cada uno de nosotros… y a nadie más.
Laura Armero es psicóloga de adultos en Manresa Salud